Hay formas de saber que tu hijo es feliz y una de ellas es cuando no se queda quieto, juega mucho y hace ruido, ya sea platicando, riendo, o explorando su mundo.
Un niño que expresa sus emociones sin temor, es decir, que llora fuerte cuando quiere llorar, grita cuanto tiene la necesidad de hacerlo y de la misma manera ríe, se carcajea y se emociona, es un niño feliz.
Pero como todo en la vida, hay momentos malos y buenos, pero la mayor parte del tiempo un niño que está activo, es un niño sano, que se está desarrollando, que está descubriéndose a sí mismo y su entorno.
Los ruidos comienzan desde pequeños y se van intensificando como a los 3 años, que es cuando empiezan a buscar independencia y descubren que son individuos, con el paso de los años sus ruidos van cambiando, se van midiendo, pero siempre existen.
Pero también hay ruidos que nos dicen que algo no anda del todo bien, cuando agitados se muestran nerviosos, cuando no se concentran con nada y cuando son impulsivos. Puede ser que sólo estén tratando de llamar la atención y habrá que atenderlo a nivel emocional, o puede ser que sea un trastorno de hiperactividad.
Es muy importante observar a tu hijo, reconocer si su comportamiento es normal y si es parte de su día a día o si algo esta pasando de diferente manera
Algunos niños son más ruidosos que otros, algunos suelen ser más tranquilos, pero por lo general, cuando hay niños hay ruidos, y esto sólo significa que están bien.
Utilizamos cookies para asegurarnos de brindarte la mejor experiencia en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio, asumiremos que está satisfecho con él.